Una de las cosas que más se puede
apreciar en la red, no es otra cosa que titulares tanto de webs informativas
como de ocio, que pueden llegar a parecer sensacionalistas. Y es que frases
como “Encontró a su mejor amiga con su novio y no te creerás lo que les pasó” o
“Atento a cómo reacciona este futbolista ante un fan que le pide un autógrafo”
o incluso “Una gran idea que no te creerás”, son siempre un gancho para atraer
a un gran número de usuarios/ y usuarias para que visiten nuestro lugar web.
Podríamos preguntarnos ¿está
cambiando el periodismo actualmente? Una de las cosas que cualquier, o casi
cualquier persona, quiere cuando publica una noticia en la red, es que el mayor
número de gente lea aquello cuanto hemos escrito, esto se debe, y como es de cuestión
lógica, a que un mayor número de visitas implica que podamos obtener beneficios
mediante publicidad. Y justo en este apartado encontramos la típica barrera
ética entre el periodismo y el buen periodismo, tú puedes crear un excelente título
para una entrada pero puedes encontrarte con que la calidad de tu artículo, aunque
esto sea algo relativo, no cumpla las expectativas del público.
Y es que en el mundo del
periodismo quien a más gente llega, más fama le llega aunque esta no siempre
sea positiva. Quizás sea la base del periodismo más directo, el que informa con
argumentos sólidos, el que se vive, el que menos repercusión tenga acerca de la
persona que informa: si la noticia es buena, el reportero/a quedará relegado a
un silencio casi absoluto ¿Significa esto que se sea mal periodista? En absoluto,
incluso me atrevería a decir que los buenos reporteros (y reporteras…) son
aquellas personas que siempre pondrán por delante la noticia a él/ella misma.
Una de las cosas que nos ha
permitido la red es la de ser reporteros e informar al mundo de todo cuanto nos
rodea. Incluso sucede algo simpático, incluso los telediarios o medios que
emiten noticias, aprovechan material creado “reporteros” para ampliar sus
noticias, algo que lejos de parecer complejo no es más que, y por tirar de un
ejemplo rápido, la típica imagen de un lugar donde se ha producido una nevada y
alguien lo ha grabado, todos somos periodistas.
Curiosamente en la red la
competencia es enorme, y para atraer un mayor público se necesitan titulares con
fuerza, que atraigan, que le digan al usuario que hay algo que puede
interesarle. Y quizás sea un método que funcione, las cosas por su nombre pero
¿periodismo? Habría que añadir matices, el periodismo es aquel que trata
información por lo que si yo, y volviendo al tema de los ejemplos, si yo digo
“Pues el juego Street Figther three ultimate combat, es un buen juego”, en esta
caso simplemente estaría dando una opinión. Y resulta curioso pero opinión y
información, juntas valen mucho más. Y es que la suma de estas de informar y opinar,
es clave para dar a conocer tanto productos, como servicios o cualquier otro
elemento.
Que vale, que los titulares
llamativos son clave pero ¿valen la pena? Es una opinión totalmente personal y
por lo tanto, debatible pero en estos casos creo que son aquellos titulares
directos, los que más valor tienen. Una de las cosas que siempre he comentado
es la gran libertad que tienen las palabras, esto permite que una frase de once
palabras, la pueda transformar en tres y mantener la calidad del artículo. Curiosamente,
y como quien pasa por pasar, encontramos la “opinión”, y es que si permitimos
que otras personas puedan opinar acerca del artículo, estaremos ampliando la
información, de acuerdo: el insulto aparecerá (bienvenidos a internet…) pero el
resto de comentarios pueden ayudar al resto de posibles usuarios, a leer el artículo.
Seguramente en internet existan
periodistas alucinantes pero que en ocasiones quedan silenciados por titulares
llamativos de otros lugares. Y quizás la clave esté ahí: el buen periodista es
silencio, y curiosamente, y aquí añado un pequeño matiz personal, creo que son
los que más disfrutan informando. Las palabras también tienen silencio y este
quiere decir mucho más, un ejemplo simple de esto lo encontramos en aquellos
artículos largos pero que ofrecen una sensación de total libertad por parte del
periodista.
Una vez más las palabras nos
demuestran eso, que son libres.
Y dicho esto…hasta mañana ^_^
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