Desde hace un tiempo se está
observando en la red una conducta social que si bien ya existía años atrás se
ha ido acentuando con fuerza gracias a redes sociales.
Todos, y cuando digo todos somos todos, nos gusta tener un “yo
virtual” que no es otra cosa que un personaje digital el cual creemos que se parece físicamente a nosotros. Este hecho
se acentúa cada vez más por lo que es normal ver páginas en redes sociales
donde en lugar de fotografías reales de
las personas vemos las de sus avatares que es la forma con la que se suele denominar este tipo de
personajes virtuales.
Es por eso que observando este hecho debemos
preguntarnos a que se debe este auge o porque sucede esto. Puede parecer una
pregunta tonta si nos basamos en la simple respuesta de: porque nos gusta.
Si bien es una respuesta válida no
encontramos en ella una base
fundamentada del porque nos gusta a
no ser que ampliemos esta respuesta.
Si miramos el trasfondo social
vemos cómo vivimos en un mundo donde, y aunque
sea algo que personalmente rechazo, se mira antes un físico que un interior. Puede sonar a típica frase
populista pero la cual esconde una realidad. Cuando conocemos a alguien el 95%
de la primera opinión que tendremos vendrá de lo que veamos. Podemos poner un
ejemplo de la fuerza de un físico con el hecho
de que si una persona bien vestida se salta un semáforo la tendencia es
que sea imitado mientras que si la persona que se salta el semáforo va mal vestida la tendencia será toda la contraria.
Vemos como el físico como herramienta social para ser
aceptados es realmente importante. Este hecho lo vemos trasladado hacía las
redes sociales donde colocando fotografías de nuestros avatares obtengamos una
mayor aceptación social.
Esa misma presión social se
traslada a la falsa idea de querer gustar a los demás, si no gustamos a los
demás nos sentimos desplazados y por lo
tanto buscaremos formas de atraer socialmente al resto de personas. El avatar entra en este terreno
con la etiqueta de “facilidad”, es más fácil crear un avatar y ser socialmente
más atractivo que buscar métodos fuera
de un pc para tener más aceptación
social.
Es por eso que si miramos el
conjunto global del mundo de los avatares (factores, herramientas, etc) vemos
como ese conjunto viene de la imaginación pero se aleja de la realidad. Algo
que suelo leer-escuchar sobre este mundo es que con un avatar la persona puede
hacer cosas que en persona no puede hacer.
En este aspecto debo reconocer
que mis ideas son bastante radicales. Quizás un avatar pueda pelear contra
dragones, pueda escalar montañas cuya cima no
puede verse, bucear en profundos océanos, etc. Pero sucede algo: si una
persona no está bien su avatar no lo estará. Es por eso que soy de los que
nunca ven un avatar: veo la persona.
Si observamos la persona
podemos ser capaces de tener mejor relación-trato con ella. Seamos sinceros:
estamos con la gente por su forma de ser
no por sus avatares.
Si cuidásemos más a los que
nos rodean aceptándolos tal y como son sin importarnos aspectos físicos quizás
el cambio de tendencia a la creación de más perfiles en redes sociales con
fotografías de avatares comenzaría a cambiar.
Cada vez que nos acercamos más
a la máquina nos alejamos cada vez más de la persona.
Y dicho esto…hasta mañana ^_^
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