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sábado, 20 de abril de 2024

Un viaje hacía Linux

 


Hace un tiempo (o no, el tiempo entre redacción-publicación suelen ser dispares) leía un articulo acerca de experiencias de uso sobre un software o servicio web. Si bien es cierto que no soy muy amante de estos artículos “estos son mis gustos”, debía reconocer que incluso yo mismo suelo leer este tipo de contenido para fijarme en próximos programas, servicios o discos que me tengan indeciso (¿un INFJ indeciso? ¡el mundo se acaba!). Si este tipo de artículos se hacen desde la humildad y enfocados a un publico que no conoce o conoce mínimamente aquello de lo que se quiere hablar, siempre son de ayuda. Así que tras un par de dudas vi algo claramente: gracias a ese tipo de artículos incluso yo mismo he optado por elegir ciertos programas, de la misma forma que me han ayudado a huir de otros.


Y curiosamente Linux es un universo donde las ayudas y consejos van de la mano, y si los usuarios llegamos a Linux es por lo que leemos por parte de otras personas. Así que, y enfocado hacia aquellas personas que duden sin dar el salto hacia Linux Mint, una de las distribuciones Linux que siempre se suele recomendar (por algo será…) pero que no tengan ni la menor idea de como usarlo, vamos con mi propia experiencia de uso.


En mi caso llegué a Linux Mint gracias a Windows, cuando el soporte para Windows 7 iba a finalizar había varias opciones: o cambiar a Windows 10, o seguir en Windows 7 o pasarme a algo de lo que había leído algo pero que nunca antes había tocado. Los medios de comunicación meten miedo y con Windows 7 no iba a ser menos, el miedo hace que si o si cambies al siguiente Windows. Pero en nuestro (mi…) caso me negué a pasar por aro, me planté, me negaba a una imposición que podía evitar gracias a eso...¿Linux? A saber que será.


Y quizás el primer paso no era otro que justamente leer artículos para ver por donde comenzar, y todos los caminos llevaban a Ubuntu, cumplía el requisito: no parecerse a Windows, la imposición se encontró contra un muro. Hay que reconocer que si a una persona que no entiende de informática le dices que hay que bajarse una ISO, crear un cd o pendrive de arranque, te va a decir que le gusta Windows, en mi caso era algo que sabía hacer así que a por Ubuntu, y las primeas sensaciones no fueron buenas, noté el sistema pesado ¿distinto a Windows? Totalmente, pero pesado para mi gusto. Estaba por ahí un tal “Ubuntu Mate” que no sonaba mal pero del cual apenas se hablaba, y justo en esa indecisión aparece Linux Mint...¡se parece a Windows, huye!. Pero cuando son la gran mayoría de lugares en los que te abasteces de información, los que te lo recomiendan, te tragas el orgullo y vas a por el.


Los artículos que había leído acerca de Linux en su más amplio contexto, era que era un S.O. difícil y que apenas tenía ¿juegos? Era algo que no me importaba: no soy gamer. Ya la instalación te hacia pensar que todas las ideas que tenías quizás eran erróneas. Instalar Linux Mint, darle un vistazo rápido y seguir en otro pc con Windows 7 hasta que este dejó de funcionar. Y ahí estaba yo, ante un Linux Mint que ni sabía me iba a dejar hacer ni que me iba a encontrar. Curiosamente al iniciarlo uno observa que la idea de que es complicado quizás no es del todo cierto. Había que mirar que programas tenía y realizar las funciones básicas. La sorpresa no se hizo esperar al tener los programas necesarios para comenzar a trabajar (textos en mi caso), ahí ya te voy cogiendo cariño Mint. Tocaba la personalización, algo indispensable para mi, y el paraíso apareció ante mi, con los elementos de personalización básicos (los que vienen por defecto) ya era suficiente para poner el nuevo S.O a tu gusto, Linux Mint se estaba amoldando a mi y no al revés eh Windows.


Todo S.O. requiere un cierto tiempo de aprendizaje y Mint facilita esa labor, requiere un tiempo para saber que hace que, pero es un proceso que se disfruta, Mint no solo facilita las cosas para que sepas usarlo sino que en la red hay una excelente comunidad amante de Linux la cual te ayuda. Con Mint podía hacer todo lo que hacía con Windows sin necesidad de seriales o programas de dudosa procedencia. Una de las cosas que se dicen no es otra que “No tiene las últimas versiones de los programas” y eso es cierto, pero las que tienen funcionan ¿que quiero, estabilidad o nuevas opciones? En mi caso la estabilidad era prioritaria. De acuerdo, no tengo algunos programas pero tienes alternativas que suplen cualquier necesidad. Otra idea que se fue rápido era que Linux era un S.O. difícil, personalmente y tras haber pasado por aquel mítico Spectrum 128 Kas,Windows y Linux puedo decir que Mint es un sistema muy fácil de usar. No solo estaba la facilidad de tener el sistema actualizado sin “tropecientos” reinicios” sino que la tienda de aplicaciones me permitía tener infinidad de programas sin preocuparme por complejas instalaciones: elegir, instalar y listos. Y no, la temida consola ni es tan temida ni se usa de manera constante, incluso nosotros mismos la usamos una vez por semana para un mínimo mantenimiento de unos segundos, cualquier cambio importante debe hacerse insertando una contraseña creas tu mismo cuando instalas Linux.


En mi caso puedo decir que no echo nada de menos Windows y desde luego no vuelvo a él. El temor a que las cosas no funcionen lo cierto es que es algo que ha sucedido lo contrario, funcionan incluso aquellos elementos que dicen que no funcionan, para que os hagáis una idea mi tableta gráfica Wacom dice que no funciona en Linux, os sorprendería lo bien que va ya que incluso al conectarla puedes configurarla a tu gusto.


Pero sucede algo, cuando pasas a Linux (indistintamente si es Mint, Zorin, Ubuntu, Arch, etc) te pasas al open source, y eso conlleva pasarse a ayudar en proyectos, a ayudar a personas menos dadas a la informática (si, somos un poco “pesados”, con cariño cuando animamos a la gente a pasarse a Linux). Y de ahí pasas a la informática libre, al promover la cultura de el acceso a la información de cualquier persona, curiosamente te pasas un mundo más ecológico ya que Linux salva a aquellos pc’s menos potentes de acabar convertidos en residuos. Aunque suene un poco exagerado y me lleve algún comentario tipo “hay que ser bruto” (que ya os lo digo yo: lo soy, de nada) pero la principal diferencia entre Linux y Windows es que mientras unos aman la informática otros aman el dinero.


Y de acuerdo: no todo es bonito en este mundo. Algo que siempre rechazo son los “haters” que atacan por usar una y otra distribución Linux, por suerte son una minoría aunque existe. Por otro lado, y al menos por la parte de Mint, no están los programas actualizados a sus ultimas versiones pero tampoco es algo que importe si lo que hay es estable.


Para concluir: no tengáis miedo a pasaros a Linux, “es que no se si voy a saber usarlo” SI nosotros hemos sabido vosotros vais a saber, si tenéis a algún conocido que os pueda instalar en un pendrive alguna distribución amigable (que nosotros usemos Mint no significa que tu debas usarla, tienes alternativas igual de válidas, elige la que más te guste y se ajuste a tus necesidades) pruébala, ¿que tu pc es antiguo y dudas si te irá? Hay distribuciones Linux que se mueven en pc’s antiguos. Y sobre todo: lee artículos para principiantes, y si tienes dudas pregunta, la comunidad Linux es mucho más amplia y amable de lo te esperas. Verás como una vez lo pruebes pienses que oye, esto no está tan mal.


Así que dicho esto...hasta mañana ^_^

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