Seamos sinceros: en la red caer
en la provocación del insulto fácil está a la orden del día. Es extraño el
lugar de la red donde no aparezca alguien soltando algún tipo de improperio.
Hace ya un cierto tiempo realicé
un “pequeño” cambio en el presente blog que no fue otro que añadir la revisión
de los comentarios antes de que estos fuesen publicados. La razón no era otra
que un mayor control, en su más amplio concepto general, del blog y evitar que
algunos seres, por llamarles de una manera educada, rebuznen palabras en contra
de un colectivo de personas.
Pero claro, no caer en la
dinámica del “tú insultas-yo insulto” no es fácil, en más de una ocasión las
ganas por dar un par de sopapos (como suele decirse vulgarmente) son evidentes
y de no ser por la distancia escucharíamos noticias de manera habitual sobre
agresiones por insultos.
La pregunta es clara ¿Cómo evitar
caer en esta dinámica? Lo cierto es que poder se puede aunque en algunas
ocasiones cuesta. Cuando alguien nos insulta desde luego la opción más básica y
simple no es otra que la de ignorar. De acuerdo: si alguien nos insulta y le
ignoramos será probable que nos siga insultando ¿solución? Ahí varía dependiendo del
lugar donde nos encontremos.
En muchas webs es fácil encontrar
la moderación de comentarios, no olvidemos que cada web, sea del tipo que sea,
tiene sus propias normas…las cuales se suelen leer una vez se han infringido y
nos han sancionado. Por otro lado en la mayoría de foros o incluso chats el
bloqueo de usuarios es posible y efectivo. Como siempre suelo decir en estos
casos de bloquear a un usuario: sin contemplaciones que siempre tendremos
tiempo para quitar el bloqueo.
En casos de reincidencia de
insultos es aconsejable ponerse en contacto con el administrador de la web
donde se produzcan los insultos. Un buen administrador sabrá como silenciar a
aquellos usuarios molestos.
Igualmente la palabra
“ignorancia” puede ser un arma tanto para el que recibe el insulto como para el
que insulta. Para entender mejor esto que mejor que un ejemplo típico que nos
podemos encontrar en cualquier web.
-Usuario X1: En el desierto hay arena
-Usuario X2: ¿¡Wtf!? ¡Payaso, que eres un payaso! ¿En el
desierto hay arena? En tu cerebro sí que hay arena.
Aquí vemos una cosa bien clara,
el usuario X2 pasa directamente al insulto sin pasar por el punto del
razonamiento lo cual demuestra ignorancia al dar por hecho algo que no ha
sabido razonar. En este caso X1 ignora y X2 demuestra ignorancia.
Recordemos que la buena educación
y el respeto abren puertas y cierra bocas mientras que la falta de educación
suele cerrar cuentas. ¿Se gana algo insultando
a través de la pantalla de un ordenador? Desde luego que no, la otra
persona va a seguir pasando mientras el que insulta va a seguir rebuznando.
No que hay que olvidar que del
insulto al acoso hay un estrecho camino el cual en ocasiones se suele cruzar
sin darse cuenta. No olvidemos el caso de la periodista Ana Cobos la cual
sufrió amenazas e insultos constantes en las redes sociales, el resultado no
fue otro que la detención del responsable el cual incluso había creado unos 27 perfiles
falsos en las redes sociales.
Un apunte, y apartándome en
cierta medida del cuerpo de esta entrada, ¿si he conocido casos de situaciones
en las que los insultos dieron paso a algo más? Desde luego que sí, incluso
recuerdo un vídeo que me hicieron llegar de una “reprimenda” contra una persona
que se dedicaba a soltar insultos como si fuesen caramelos en un chat o incluso
la visita de un grupo de personas que fue a “saludar” a una de esas personas a
las puertas de una discoteca. Aunque de aquello hace ya tantos año que incluso
me atrevería a decir que iba con el pelo corto, tiempo, mucho tiempo.
Antes de terminar: alguien que os
insulta sin ni siquiera conoceros lo más minino no merece vuestra atención…y en
caso de dársela que sea para añadir un bloqueo ¿Qué os buscarán las cosquillas?
Seguro, pero en estos casos ignorar es
una muestra de inteligencia que se da en total silencio y máxima elegancia.
Y dicho esto…hasta mañana ^_^
Saludos. Soy el autor del texto que comentas. Sólo quería agradecerte tus palabras. Hace mucho que lo escribí y lo hice para una página sobre ansiedad en la que colaboraba. Por estas cosas de la red, terminó distribuyéndose por otros medios. Me alegra, en cualquier caso, que pueda servir de ayuda.
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