Seamos sinceros: hoy por hoy no
sabríamos vivir sin tecnología. Nuestro día a día se convierte en uso constante
de todo tipo de aparatos electrónicos e informáticos. Desde que nos levantamos
hasta que nos vamos a dormir, estamos conectados de alguna u otra manera a la
tecnología. Incluso mientras dormimos podemos usar nuestro móvil o tableta para
que realice un estudio de nuestro sueño.
Es por eso que aprovechando un
día en el que sí o si debía hacer una pausa en mí vida, decidí desconectar
totalmente de todo aparato electrónico e informático, intentando comprobar si
era posible vivir sin tecnología. Un día
sin que nada que tuviese botones o pantallas tuviese nada que ver en mis
quehaceres diarios, un día sin tecnología.
Quizás la pregunta ¿es posible
vivir sin tecnología? Pueda parecer el inicio de una novela de Asimov, pero
lejos de esa “idea” vemos como realmente existe una realidad un tanto cruel, me
explicaré.
Era día de “nada de tecnología”,
taladro, nevera…y hasta ahí. Los que vivimos en Barcelona, sabemos que no
estamos teniendo invierno por lo que los días de sol son más que habituales.
Así que ventanas abiertas y aprovechar la luz del sol, un simple detalle pero
del cual en ocasiones no somos conscientes. El gesto de encender la luz es ya
automático pero nada como la luz solar a modo de iluminación.
El siguiente paso: nada de
teléfonos. ¿Vivir sin teléfono móvil? Poder se puede…que se quiera es otra
cosa. Si no somos incapaces de apagar y desconectar nuestros teléfonos
deberíamos pensar en que quizás tenemos una cierta dependencia. Con los
teléfonos desconectados nuestra mente ya puede relajarse. Bien es cierto que
siempre pueden salir “emergencias” pero para eso está la puerta…para que llamen
y ahí otro cambio: interfono fuera ¿se puede vivir? Perfectamente, quien
realmente quiera algo irá a tu casa, no os preocupéis.
Nada de teléfono móvil, nada de
pc’s, tabletas, e-readers, televisión, radio o consolas. Es ahí donde la mente
comienza a darse cuenta que cuesta vivir sin tecnología por lo que había que
usar el ingenio. Aprovechando el día de “no-tecnología” decidí realizar una
pequeña obra en casa lo cual sirvió para desempolvar todos aquellos objetos que
solemos guardar en lugares especiales y que nos traen recuerdos, y ahí la
tecnología no puede hacer nada.
Cuando la mente comienza a
relajarse y a darse cuenta que podemos vivir, aunque sea de manera temporal,
sin nada de tecnología, esta hace que el cuerpo se sienta bien. Y nada que ver
con temas de reiki, yoga o meditación, simplemente decirle a nuestra mente que hoy
nada de tecnología.
¿Televisión? Prohibido ¿radio?
También prohibida. El substituto de los informativos lo encuentro en prensa lo
cual ya implica salir a la calle. Ahí sí que es cierto que cuesta salir sin
auriculares…pero se puede. Quizás la tecnología nos ha hecho perder el placer
por el sonido. Una casa sin nada conectado agranda el aparente silencio. Pero a
cambio de esa ausencia de ruido escucharemos otros sonidos que la tecnología no
ha hecho creer olvidar.
En mi caso el hecho de considerar
el mundo de la escritura, esencial, lo puedo suplir con escritura manual la
cual aparte de ser bastante agradable, nos hace estar más atentos a las faltas
de ortografía muchas de las cuales, en pc, se autocorrigen. Por otro lado una
guitarra española siempre quita ese gusanillo por mover los dedos.
Mi día acabó con una relajación y
una tranquilidad absoluta. Puede que en lo que más se note sea en el ruido,
cualquier sonido se acentúa. La mente te dice que te falta algo pero por otra
parte agradece ese “silencio”.
¿Se puede vivir sin tecnología?
Para nada, un día es incluso aconsejable pero nos guste o no, no podemos vivir
sin ciertos aparatos. Quizás hemos substituido la relajación y la tranquilidad
por ciertas acciones cotidianas como pueden ser revisar el correo electrónico
o escuchar música. Pero nos guste o no el mundo avanza, quizás no de la manera
que debería pero si hacia adelante. ¿Aconsejable un día sin tecnología? Desde
luego…pero no de manera continua.
Y dicho esto…hasta mañana ^_^
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