Existe un dicho social que dice
que si pudiéramos escuchar los cinco segundos posteriores a la hora de colgar el
teléfono dejaríamos de tener pareja, trabajo, amigos… En la red si bien es
cierto que en muchas ocasiones pecamos de “intro” rápido lo cual nos lleva a
tener que agachar la cabeza, sea por el motivo que sea, en otras directamente no somos consciente de aquello cuanto escribimos.
Pero si nos fijamos en nuestro
comportamiento más generalizado en la red, vemos como, y a pesar de los golpes
que todos nos hemos llevados, seguimos repitiendo un mismo error: la
expresividad.
Cuando escribimos en la red,
dejando siempre de lado y por motivos más que lógicos el mundo de las videollamadas,
tendemos a imaginar, quizás de manera inconsciente, que nuestro interlocutor
lee aquello que hemos escrito de la misma manera que lo hemos hecho nosotros.
Estoy convencido de que si tuviésemos un espejo frente a nosotros cada vez que
escribimos y posteriormente observar nuestras expresiones, en la mayoría de los
casos nos moriríamos de vergüenza.
A pesar de los años seguimos
pensando que nos leerán de la misma forma y expresividad que lo estamos
escribiendo. Dejando de lado el mundo de la netiqueta, algo básico por otro
lado, lo cierto es que nos guste o no, no podemos evitar este hecho. Puede
parecer los emoticonos, emojis, smiley face, etc intenta evitar este problema
con la simple idea de “Una imagen vale más que mil palabras”…error y en
ocasiones de los gordos.
El motivo no es otro que el hecho
de que no todos emoticonos (por citar un grupo generalizado) representan lo
mismo en un país que en otro. Sería como pensar que afirmar con la cabeza es
“si” en todos los lugares del mundo sabiendo que en algunos países representan
todo lo contrario. Podríamos decir, quizás tirando un poco hacia el extremo,
que los emoticonos no dejan de ser más que ideas y conceptos básicos aplicados
a una imagen.
Está claro que a nivel emociones
la red jamás alcanzará la compleja forma de ser de cada uno de nosotros. En
muchas ocasiones, más de las que me gustaría haber visto, en programas donde se
usan avatares, la gente no es consciente de sus palabras tanto afectivas como
de cualquier otro tipo de emoción-sentimiento. La idea en estos casos es
simple: “si alguien siente afecto es porque quiere”, una idea un tanto cruel
pero tan válida como la raza humana pues al fin y al cabo la red la hacemos
cada uno de nosotros.
Está claro que esas emociones no
pueden mostrarse a través de la pantalla de un pc…y en algunas ocasiones es
algo que se agradece en aquellos casos negativos. ¿Medir nuestras palabras en
la red? Más bien pensar antes de pulsar intro, si nos paramos a conocer de
manera mínima a nuestro interlocutor podemos saber cómo o que escribir. Está
claro que en la red siempre van a haber sentimientos y emociones sean del tipo
que sean, pero nos guste o no la calidez que en ocasiones damos a nuestras
palabras hacía un interlocutor-interlocutora, van a ser frías por más énfasis
que le pongamos a la hora de escribir.
Puede sonar un tanto poético, un
tanto de idea soñadora o de unicornios de colores pero la realidad es que
nuestras palabras pueden cambiarle el día a alguien. Si fuésemos capaces de
abrazar con las palabras, la red sería un lugar mucho mejor.
Quizás las videoconferencias
salvan ese obstáculo de la invisibilidad de las emociones, nuestro
interlocutor- interlocutora puede vernos ¿Consejo? Una sonrisa siempre se ve
genial a través de una cámara tenga la calidad que tenga así que si alguna vez
hacéis una videoconferencia una sonrisa vale más que mil palabras.
Quizás el ser humano haya sido
capaz de llegar a la luna, atravesar montañas, navegar por los mares más
peligrosos pero todavía no ha sido capaz de transmitir emociones a través de la
red. Tal y como diría el eslogan de cierta marca de bebidas el ser humano es
extraordinario….aunque no sea consciente de ello.
Y dicho esto…hasta mañana ^_^
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