Hace más bien pocos días leo en
un artículo de “El confidencial” en el cual se trataba de comprender como
Facebook era capaz de saber a quién podemos conocer. En términos más cercanos y
algo más humorísticos, porque no decirlo, como Facebook es capaz de hacer que
nos volvamos a encontrar con gente con la cual perdimos contacto (y por lo
tanto no nos apetece volver a ver).
Sin resolver del todo la duda
vemos como Facebook usa ciertos algoritmos para dar posibles candidatos a la
hora de conocer-encontrar gente. Viéndolo desde un punto de vista a nivel
usuario estos algoritmos no dejan de ser más que patrones de conducta que todos
tenemos.
En la red todos somos números.
Para que nos hagamos una simple idea si convertimos nuestros nombres en números
binarios obtendremos una cifra de 0 y 1. Estos 0 y 1 pertenecen a nuestros
datos y a todo cuanto nos gusta. Vayamos con un ejemplo simple:
Me llamo Pedro Ramirez y me gusta la opera
Pedro: 01010000 01100101 01100100 01110010 01101111
Opera: 01001111 01110000 01100101 01110010 01100001
Por lo tanto la frase completa
sería:
01001101 01100101
00100000 01101100 01101100 01100001 01101101 01101111 00100000 01010000
01100101 01100100 01110010 01101111 00100000 01010010 01100001 01101101
01101001 01110010 01100101 01111010 00100000 01111001 00100000 01101101
01100101 00100000 01100111 01110101 01110011 01110100 01100001 00100000
01101100 01100001 00100000 01101111 01110000 01100101 01110010 01100001
Incluso si rizamos un poco el
rizo podemos convertir una imagen a texto y por lo tanto esa imagen a binario
lo cual equivaldría a datos.
Cualquier gran empresa sabría
usar estos algoritmos para sus búsquedas por lo tanto sería más fácil que
algunas de ellas se acercasen a nuestros gustos.
Dejando de lado cifras vemos como
en la red, algo que siempre funciona, no es otra cosa que usar la psicología.
Sabemos que el ser humano es por naturaleza sociable, necesita comunicarse y
por lo tanto buscará contacto con más gente, sea de la forma que sea.
Es por eso que a nivel
informática con muchas las empresas que “recolectan” estos datos. Tengamos en
cuenta que nada más conectarnos a la red ya estamos ofreciendo información
acerca de nuestros gustos. Si bien es cierto que estas formas de “recolección”
son inocuas (usando la extensión para Chrome “Ghostery” o similares) otras
pueden llegar a ser molestas como por ejemplo encuestas telefónicas a horas inoportunas.
Pero ¿Qué información vamos
dejando por la red? Por experiencia sé que mucha más de lo que la gente se
imagina. Si cogemos una fotografía al azar y la analizamos podemos tener
muchísima información. Para que nos hagamos una idea con un ejemplo que todos
hemos visto: la típica imagen de alguien haciéndose una selfie en un cuarto de baño. En muchas ocasiones se ven productos
en el cuarto de baño. Alguien que sea experto en rastrear información puede
observar la marca un bote de gel y por lo tanto saber en qué lugar geográfico
se ha realizado dicha fotografía o incluso durante que periodo de tiempo. Esto
se debería al conocimiento acerca de donde se comercializan dichas marchas,
como es su logo (recordemos que la gran mayoría de productos cambian sus
etiquetas aunque no el logo). Esto llevaría a poder ofrecer a dicha persona
productos-servicios relacionados de manera directa, aunque sea de manera
mínima, con dichos productos.
Por otro lado todos tenemos
pautas de comportamientos, solemos ver las mismas páginas, escuchar un tipo de
música (enfocado esto siempre ante una base, ejemplo: heavy metal base à
Power metal à
Death Metal). Si alguien recopila dicha información será fácil saber que
productos-servicios ofrecernos. Y recopilar no es difícil, una sola imagen
puede bastar para sacar información. Incluso por experiencia sé que en las
palabras escritas es posible sacar información. Todo cuanto tecleamos o
simplemente chacemos click con el ratón de nuestro ordenador en cualquier parte de la pantalla, ofrece información.
Como es de esperar esta
extracción, por decirlo de alguna manera, de información no siempre es
comercial, aunque esto es algo sumamente obvio. Nos guste o no, no podemos
cortar el flujo de información a no ser que directamente nos vayamos a vivir en
una cueva aislados del mundo mientras realizamos una regresión a la edad de
piedra.
Y dicho esto…hasta mañana ^_^
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