Sucede algo curioso, algo que nos
debería hacer reflexionar sobre el peso de nuestras palabras. Debemos ser
conscientes de incluso, el más pequeño de los silencios, puede acarrear la más
grande de las acciones. Quizás, solo quizás, pues la duda forma parte del ser
humano desde que comenzó a dar sus primeros pasos sobre la tierra en forma de homínido,
todavía nos queda mucho por alejarnos de aquel primer primate que iba trepando
a los árboles para ver el horizonte.
Una de las tónicas predominantes
que llevo observando desde hace un cierto tiempo, no es otra que el creciente
mal ambiente que se crea en aquellos ciberespacios, donde un gran número de internautas,
se reúnen para hablar de infinidad de temas. Antes que nada y siendo esto sumamente
importante: no hay que generalizar, por suerte en muchos lugares, todavía prima
la educación y el buen ambiente.
Podríamos preguntarnos, si la
sociedad está avanzando hacía un estado individualista, donde prima el “yo y el
ahora” omitiendo de esta forma que la tierra es redonda y que por lo tanto,
vivimos rodeados de gente, y en la red es lo mismo. La duda de si se envidia la
felicidad de los demás, llega a crear sentimientos de animadversión, de forma
que nuestra felicidad, sea la infelicidad de la otra persona. Personalmente
creo que la felicidad es como la verdad: cada uno tiene la suya. Al fin y al
cabo si todos fuésemos en la misma dirección, directamente no avanzaríamos.
Se suele aprovechar el anonimato
en la red, para arremeter contra el resto de usuarios ¿para qué? Personalmente
me pregunto dónde quedan los límites del raciocinio. En muchas más ocasiones de
las que la gente se puede imaginar, veo-escucho como la queja constante del mal
ambiente que existe en algunos lugares, va en aumento. Claro que podríamos
crear una escala de “comportamientos negativos”, no es lo mismo que te suelten
un insulto leve por la red a que, y esto es algo que conocí hace ya años, vayan
a la salida de una discoteca a “saludar” a una persona por discusiones creadas
en la red.
Por otro lado, sucede algo que,
sorprende por eso mismo, por sorprender. Me refiero a cuando aparecen acciones
nobles en la red ya sea a modo de vídeo, fotografía, audio o cualquier otro elemento
multimedia. Si nos paramos a pensar podemos llegar a la conclusión de que hemos
llegado a un punto en el que algo, que debería suceder a diario, pasa a ser
algo extraordinario. Por otro lado, y esto es algo de lo que estoy completamente
casi convencido, muchas de esas acciones se producen a diario solo que no crean
sonido alguno.
De acuerdo, uno de los debates
más vigentes hoy en día, no es otro que donde están los límites del humor.
Aunque suene extraño, debemos reconocer que hoy en día es muy difícil, hacer
comentarios-vídeos-fotomontajes humorísticos donde no se ofenda a nadie. Y si alguien
amante de las letras, recurre a la RAE, para intentar encontrar alguna pista
que pueda resolver esta duda, lo siento…habría que tirar de “humorismo” y como
bien es sabido, las palabras tienen algo que impide resolver esta duda:
libertad.
Hemos llegado a un punto en la
red donde en lugar de colaborar, y repito: no generalizo, creamos
individualidades, donde en lugar de acortar distancias alargamos caminos, donde
escribimos libertades a base de cadenas. Una vez escuché unas sabias palabras,
no recuerdo de quien aunque intuyo (léase YouTuber) en las cuales decía que nos
hemos acostumbrado a reprochar con el “y tú más” siendo esto un error. Esto
vendría a ser, y para que nos hagamos una idea clara, cuando alguien dice “me
has mentido” y la respuesta es “pero tú más”. Si nos paramos a pensar sería más
lógico y más coherente, pensar “ostras, he mentido, vamos a solucionarlo”.
Quizás usando más el sentido común colaborativo y no el individualismo más
absoluto, las cosas irían mejor.
En la red nos hemos acostumbrado
a que nuestras ideas, nuestro pensamiento, es el correcto, en que todo aquello
que decimos, es la verdad, en que nuestros gustos son los mejores. Y cuando
alguien nos dice “no”, ya nos convertimos en bestias salvajes capaces de
arrollar sin razonar, a la otra persona. El individualismo prima por encima de
todo, por eso, cuando alguien hace una acción noble, aunque eso puede ser
correlativo, nos sorprendemos.
Una de las cosas que ciertas
autoridad, nos recuerdan es que en la red, debemos comportarnos como lo
haríamos en la vida real. Suena irónico que nos tengan que recordar algo que,
por norma general y por costumbre, debería ser básico siempre que navegamos por
la red.
Supongo, la duda siempre abierta
a otro tipo de ideas ante todo, que mucha gente desearía detener la tierra,
girarse contra todo el mundo y decir alguna frase tipo “eh, vamos a pensar y
hacer las cosas bien”, estaría también la idea de cierto elementos en el
espacio y cierto planeta en medio, aunque esa, es la más gamberra y por lo
tanto, la última que deberíamos aplicar.
Un pequeño matiz antes de
terminar. Quizás alguien puede pensar que el autor de esta entrada, es una
persona calmada, prudente, apacible y que camina por un campo de rosas….para
nada. El autor de esta entrada es de esos que cuando eructan hacen temblar los
cristales, de esos de que como tenga un disco nuevo, lo escuchan todos sus
vecinos (siempre en horas razonables eso sí) o cuyos “juguetes” son más propios
de un pasaje del terror. Pero a lo largo de mis años, en la red e llevado algo
que llevo en mí día a día y que cualquiera pueda hacer: tener educación y
respeto. Todos tenemos nuestras ideas, nuestros gustos, nuestra forma de pensar
pero también hay que aceptar vivimos en un mundo con más gente y que cada una
de las personas, tiene sus propias ideas y su propia forma de pensar.
Supongo que en muchas ocasiones,
el ser humano, directamente debería subir al árbol, y esperar a ser una raza
más evolucionada aunque claro…la utopía solo es una palabra.
Y dicho esto…hasta mañana ^_^
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