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viernes, 21 de abril de 2017

Saca al artista que llevas dentro



El mundo de la decoración, es tan amplio como infinito. Hoy en día la informática ha ayudado mucho a un sector totalmente personalizado en el que nuestras decisiones estéticas, muestran al mundo parte de nuestra personalidad.

Si bien es cierto que sobre gustos no hay nada escrito, lo cierto es que existen algunos elementos mayoritarios que priman en casi cualquier hogar. Podríamos decir quizás de manera poética, que una casa sin cuadros es una casa sin ventanas. Hoy en día todo el mundo sabe colocar un cuadro, algo simple y que vendría a ser más parte de alguna cadena de manualidades o bricolaje, que de un blog de informática.

Pero es justo en la vertiente informática, donde el mundo de los cuadros, posee un elemento clave: la elección de imágenes. Cualquiera que vaya a una tienda de decoración, encontrará docenas de cuadros o laminas. En este hecho sucede algo curioso: multitud no significa elección. Y es que es habitual ver docenas de láminas y que no te guste ninguna ¿opción? Hacerlas personalmente.

En este caso, la elección de una imagen, es básica pero podemos potenciar el aspecto creativo, si aplicamos unas ciertas pautas. Puede parecer muy fácil descargar una imagen de la red, imprimirla y listos. Pero lejos de parecer algo fácil, lo cierto es que esos pasos nos puede acarrear tanto la disconformidad del resultado como la repetición de procesos. Si aplicamos eso al aspecto económico, vemos como en caso de imprimir dichas imágenes y que estas no nos gusten, vemos cómo podemos ahorrar y acertar a la hora de crear imágenes que posteriormente usaremos a modo de cuadro.

Es una opinión totalmente personal pero el blanco y el negro, dan unos resultados decorativos a nivel cuadros, alucinantes y para nada aburridos. Si podemos mezclar elegancia con diversión, está claro que el resultado final, llamará bastante a la vista. Pero para conseguir una máxima efectividad, es importante seguir una serie de pautas, vamos a ello:

-Máximo tamaño: cuando vayáis a descargar una imagen de la red para usarla a modo de cuadro, es ideal que esta sea lo más grande posible. El motivo no es otro que cuando posteriormente la modifiquemos, conservamos la mayor nitidez posible. En principio no se modifican colores (con la idea de trabajar en blanco y negro claro) pero en caso de modificarlos, con una mayor resolución, a la hora de trabajar se conseguirá preservar la calidez nítida de la propia imagen.

-Atentos a la anchura y altura: un error clásico, te gusta una imagen, la descargas, la modificas pero a la hora de modificar ancho y alto, el resultado final está claramente desproporcionado. La solución teóricamente consistiría en modificar tanto ancho como alto de manera equitativa, si aplicamos un ancho de ocho (por decir una medida) y una altura de dieciséis, está claro que el resultado final no va a ser el óptimo. Otra solución quizás un poco drástica, no es otra que seleccionar la zona de la imagen que queremos para trabajar con ella, en lugar de toda la imagen. Esto es ideal si seleccionamos un paisaje el cual contenga varios elementos.

-Solo modificar dos parámetros: tanto si se trabaja a color como en blanco y negro, por experiencia propia recomiendo modificar solo el contraste. En algunos casos va bien modificar los tonos base pero modificando solo los contrastes, aparte de no complicaros, ganareis mucho más tiempo.

-Añadir siempre un centímetro más a la imagen: todo cuadro tiene uno o más centímetros de parte no visible. Si además vamos a trabajar con un cuadro que contenga un borde interior, aparte del marcho exterior claro, es muy importante añadirle a nuestra imagen un centímetro tanto en su ancho como en el largo. Tened en cuenta que cuando guardéis la imagen, se pierden unos milímetros, no es gran cosa pero puede variar de manera notable en el resultado final.

-La importancia de las copisterías: tener impresora en casa está bien…pero ir a una copistería nos puede ahorrar dinero. Llevando nuestras imágenes recién creadas a una copistería (ya sea en un teléfono móvil o en un pen drive) tanto el tiempo de imprimación como el resultado final, será bastante bueno. Sí que es cierto que el resultado final depende mucho de los factores de tamaño base de la imagen antes de modificarla, como del contraste. En este punto podría surgir la duda ¿vale la pena plastificar las imágenes? Una imagen plastificada es más elegante, más contundente pero a la hora de colocarla en un cuadro, la diferencia es nula.

Sin duda alguna la importancia del tamaño base y contraste, son clave a la hora de obtener un buen resultado. Algo que adoro hacer en este aspecto: imágenes que representen algo personal,, no quiero decir con esto imágenes personales sino algo que represente a la persona como puede ser una nota musical para aquellos amantes de la música, una pluma estilográfica para aquellos amantes de la escritura, etc.

Con estos consejos, el resultado a la hora de crear vuestros propios cuadros, es excelente. No es algo complejo ni que requiera mucho tiempo, por norma general se tarda más en seleccionar las imágenes que queremos transformar en cuadros, que su modificación para su imprimación. Los resultados son realmente buenos y siempre nos ayudará a dar un toque personal a nuestro entorno más personal.


Y dicho esto…hasta mañana ^_^

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