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viernes, 13 de octubre de 2017

Los geniales silencios de las comunidades virtuales




Las comunidades virtuales enfocadas al ámbito social, hoy por hoy caminan más con los pasos del recuerdo pero con la leve solidez del presente. Expresado de esta manera puede sonar muy poético pero la realidad no es otra que el presente de estas comunidades es más bien en línea descendente.

Podríamos encajar en estas comunidades tanto a Second Life como a Imvu, comunidades si bien es cierto con un amplio número de seguidores, también habría que comentar que el número de usuarios es menor en comparación a años atrás.

Y justo en esa parte del silencio, es donde estas comunidades guardan un curioso as bajo la manga imperceptible a no ser que se escuche el silencio general. Volveríamos al punto de la poesía pero la realidad es mucho más cercana de lo que nadie se puede llegar a imaginar. Resulta curioso que para descubrir este as, debamos hacer un ejercicio de retrospección y pensar ¿somos conscientes del peso de nuestras palabras en la red?

Las comunidades virtuales se nutren de usuarios los cuales a su vez, y siempre enfocado a un aspecto meramente social, son un cincuenta por ciento letras y un cincuenta por ciento aspecto gráfico visual. Curiosamente existe una realidad innegable: las comunidades virtuales son los lugares-programas-universos (por llamarlas de una manera un poco genérica) ideales y más directos en cuanto a la creación-personalización de avatares virtuales.

Dejando de lado esto para dar con el “pequeño” as que esconden estas comunidades habría que analizar diferentes factores dentro del núcleo de sus usuarios pero lejos de analizar aspectos físicos, habría que analizar tanto el uso como el lenguaje usado por estos. Seamos honestos: en estas comunidades los avatares siempre van a ser en su gran parte cuerpos musculados, figuras esbeltas, tatuajes, altura, etc…

Y es ahí donde encontramos la primera pista: ya puedes tener el avatar más espectacular del mundo que lo que vas a mostrarle al resto de usuarios será aquello que escribas. Una cosa bien clara que mostramos al mundo no es otra que el cómo somos (de manera interior) con nuestra forma de escribir. Lógicamente si estamos únicamente atentos a aspectos físicos, es algo que pasará totalmente desapercibido, de ahí la importancia de ser conscientes de nuestras palabras.

Las palabras tienen algo: poder, y es algo en lo que las comunidades virtuales pueden aprovechar. Y si digo pueden es porque lejos de potenciar este factor, estas comunidades parecen apuntar más hacia aspectos estético-virtuales que hacía cualquier otro elemento. Los usuarios de estos lugares, tienen infinidad de motivos para usarlas, y todos, absolutamente todos, son válidos, siempre y cuando se asienten en unas políticas de uso que rara vez se leen, las cosas como son, están ahí pero eso mismo, ahí para quien tenga paciencia.

Los usuarios/as de estas comunidades usan un avatar pero con la persona. Uno de los problemas que suelen aparecer en estos lugres no es otro que el choque de ideales sean del tipo que sean, es algo habitual en lugares donde se reúne gente de diversos lugares, en ese momento ya vienen las discrepancias, los conflictos, las quejas hacía el programa (resulta curioso como se culpabiliza al programa en lugar de al usuario) y los problemas.

Las palabras son clave en el as que tienen las comunidades virtuales. Y es que si realmente fuésemos conscientes del poder de las palabras, estas comunidades pondrían el listón realmente alto en cuanto a webs-lugares útiles. Debemos ser conscientes: nuestras palabras pueden cambiar aunque sea de manera mínima a una persona. Aclarar en este punto que debemos poner los pies en el suelo (pero las alas en el cielo, eso siempre): no vamos a mover el mundo pero si a crear un camino. Cuando una persona está baja de ánimos, una palabra o una buena conversación, puede alegrarle y mejorarle el ánimo. Algunos usuarios/as usan estas comunidades para evadirse de su entorno, podemos estar o no de acuerdo pero es totalmente respetable. Curiosamente cuando nos encontramos en estos casos debemos ser consciente de nuestras palabras. Seguramente alguna persona gruña pero pongamos un simpático ejemplo: nos encontramos con un usuario que quiere ser Batman ¿Quiénes somos nosotros para decirle que no lo sea? La persona que se encuentra detrás será feliz queriendo ser Batman ¿Qué lo conseguirá? Seamos realistas, pero si podemos animarle a que, como hace Batman, ayude a la gente aunque sea con un pequeño gesto.

Sucede que en ocasiones, y esto es una sensación totalmente personal que tengo, da rabia que los demás sean felices. Las comunidades virtuales llevan este asunto con total rutina. Y es ahí donde deben ser conscientes del potencial de sus palabras: las palabras de sus usuarios. Existe en este punto un elemento clave que no es otro que la cierta duda acerca de si estas comunidades son un juego o no, está claro que si hacemos la variable y la comparativa con otros “elementos” informáticos, me atrevería e a decir que no lo son, aunque estos, y más por tecnicismos y por aspectos sociales, es una opinión totalmente personal.

Las comunidades virtuales cuentan con el potencial de la palabra, del poder de hacer cambiar las cosas fuera de estas comunidades si realmente saben aprovecharlas, está  claro que poder pueden….que quieran es otra cosa.


Y dicho esto…hasta mañana ^_^

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