Una de las cosas que ofrecen las
letras, no es otra cosa que una cierta libertad a la hora de crearlas. Lejos de
parecer algo complejo o un simple juego de palabras basado en la ética, no es
más que una simple curiosidad sobre este blog pero, y siendo típico de mí,
implica algo más.
Y es que en ocasiones, los
títulos de las entradas, pueden llegar a no llamar la atención. Esto no quiere
decir que todas las entradas tengan unos títulos similares, algunas, y siendo
por lógica como pueden ser las entradas musicales, tienen un título claro,
sabes lo que te vas a encontrar. Pero ¿y el resto? Una de las cosas con las que
suelen trabajar las letras tal y como se ha comentado anteriormente, es la
libertad. Y en parte este lugar nació de
eso, una libertad que si bien, como tal es más bien una utopía (como todo lo
que tenga que ver con la propia palabra “libertad”) me ofrecía esa libertad que
necesitaba. Las personas que editen blogs, sean del tipo que sea, sabrán que
“un sitio web informa”, sea de la forma que sea, todo lugar emite una
información. Y las personas que, de alguna u otra forma, “informamos” debemos
ser conscientes del valor de la información pero con la base principal de que
cada persona, debería elegir qué información recibir.
Una de las cosas que se suelen
hacer desde el lado del “informante”, no es otra cosa que destacar aquello de
lo que informa ya sea con palabras en negrita para destacar algo, ya sea con
colores que llamen la atención (o el porqué de que Los Simpson sean de color
amarillo) o con titulares que inviten a leer. Y es que cada lector es un
consumidor, la publicidad es algo que genera dinero, y eso los informantes, lo
saben. Si yo, propietario de un sitio web, necesito recursos y sé que,
añadiendo publicidad, voy a obtener ingresos ¿Por qué no hacer que mis visitas
aumenten? Y para ello, se suelen usar las técnicas anteriormente mencionadas, o
al menos en parte.
Y justo en este punto debemos
asumir algo ¿el informante es consumidor? Desde luego que sí, y las personas
que llevamos lugares webs, indistintamente que sea un blog, un foro o una web,
lo sabemos. Y de acuerdo: la publicidad es necesaria ¿en todos los lugares?
Aquí, y sin llegar al punto de generalizar, debería apartar un poco a los blogs
aunque, y aquí abro un paréntesis, todo depende del hosting del blog ya que por
ejemplo Blogger de Google, no añade publicidad a menos que el dueño del blog quiera (sin contar Google, por supuesto) mientras que Wordpress si, aclarado este
punto tal y como iba comentando, los blogs suelen ser lugares aparte. Puedes
añadir publicidad pero ¿cobrar por ella? Si no cobras no pones, así de claro.
Pero los blogs, suelen ser lugares que nacen libres, y ahí está la ética de
cada persona.
Cuando se crea un blog, la
persona va haciéndolo con una base ya firme, sabe lo que quiere aunque a medida
que va haciendo, va añadiendo el “como”. Al no generarse ingresos con los blogs
¿para que añadir titulares que inviten al lector? En este caso, tal y como he
comentado anteriormente, la persona encargada del blog, es quien decide. Y ahí
regreso en cierta medida, al origen de esta entrada. Y es que si algo se
agradece de los blogs, es su tranquilidad. La base de todo blog libre, es
justamente esa: nace libre ¿para que poner titulares que inviten a la gente?
Puede resultar simpático, pero como “administrador-informador-consumidor” tengo
la base de que “Los mejores tesoros son los que aparecen sin que los busques”,
y eso lo que provoca que decida ser libre con los títulos ¿Qué en modo personal
creo que hay entradas que valen la pena pero cuyo título no invita al lector?
Por supuesto, pero a la hora de ser creadas esa entrada, he sido libre, y eso
es algo que se nota en el resultado final, la grandeza de comprender los
silencios.
Aunque claro ¿y cómo consumidor?
Toda persona consume publicidad, asumamos la realidad, tan solo la naturaleza
no se publicita. Los consumidores elegimos que información consumir, y está
claro que los estímulos publicitarios están ahí, y si son directos van a atraer
más ¿o no? En este punto, y aunque suene extraño, vamos a hablar de “Flappy
Bird”, un juego casual que revolucionó el mercado. Aquel título generó
millones, y en este caso ¿Por qué no aprovechar el tirón del juego para coger
un trozo del pastel? Y si bien Flappy Bird pasó de título independiente a
leyenda, fue tal la cantidad de clones, que el pastel de Flappy Bird, quedó reducido
a la nada. Esto aplicado al mundo de la publicidad no es otra cosa que si algo
es noticia ¿Por qué no aprovechar su tirón? Y en este caso es habitual que tras
una noticia relevante, aparezcan en la red, titulares llamativos para atraer a
la gente: vamos a ver si cogemos parte de ese pastel, cosa la cual puede gustar
o no, pero es válido. Somos los consumidores de publicidad los que elegimos.
Y en el caso de este lugar, aplico
la base de “consumidor”: no consumir aquellos productos con titulares
llamativos. Si yo, como consumidor, me topo con un titular tipo “Y al entrar en
casa no te vas a creer que pasó” y, fuese por la razón que fuese, leo la
noticia para acabar encontrándome “Y al entrar en casa no te vas a creer que
pasó: abrió la puerta”, pues lo siento pero rechazo directo. Y esto sucede,
expectativas altas para resultado bajo, aunque importante: cada persona debe
ser libre de elegir la información que quiere consumir, igual puede haber
alguien a quien le interese como abre la puerta, por citar un ejemplo, pero en
mi caso rehuyo de ello.
Con este blog eso no sucede, no
voy a comer aquello que no consumo, y en tema titulares, voy a seguir haciendo
lo mismo. Y soy consciente de lo que hago, pero si algo como consumidor valoro,
es la naturalidad y la libertad creativa de cualquier publicista, puedo
entender que en todo (o al menos en casi todo) tena que haber una serie de
normas que marquen el camino, pero la libertad de caminar al ritmo que uno
quiera, es algo que se agradece. Y en este blog, como en muchas otros lugares…es
el silencio quien suele decir las cosas.
Y dicho esto…hasta mañana ^_^
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