Si miramos un poco hacía atrás,
sin ser excesivo que esa vista sea demasiado lejana ya que nuestro presente ya
es nuestra historia, observamos algo. La historia está escrita, en gran parte,
por el ser humano. Grandes y pequeñas hazañas que recopiladas en su conjunto,
hacen lo que hoy por hoy conocemos por historia.
Al decir “historia” a todos nos
llegará a la mente algún tiempo pasado: época romana, edad media, renacentismo,
segunda guerra mundial, vikingos, etc, Si miramos la primera definición de
“historia” vemos como esta es una “Narración y exposición de los
acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados”.
Observando ese hecho podremos decir que incluso cada uno de nosotros hacemos
historia la cual pasará en el 99,9% de los casos como “historia privada”
Pero ¿Qué sucede en la red? Hay
quien dice que la red no olvida, sea esto para bien o para mal aunque en ese
último término el derecho al olvido. Curiosamente ese término tan actual, y el
cual cobró fuerza en 2014 cuando en 2014 Mario Costeja ganó un fuerte juicio
contra Google y gracias a lo cual el término “derecho al olvido” cobró vida a
nivel social aunque no podemos olvidar que el derecho al olvido tiene sus
orígenes en el ámbito comercial allá por el año 1970.
A modo personal y siendo este un
pequeño matiz pero resulta irónico que Mario Costeja, la persona que dio un
gran empujón social al derecho al olvido pase a la historia como eso…como una
persona que, y aunque suene un tanto vulgar, quería que la red se olvidase de
él.
Nos guste o no todos hacemos
historia en la red pero esta historia es breve y como tal igual que se conoce
se olvida. Muchos dicen que la red tiene memoria, que no olvida, en este caso
deberíamos plantearnos algo importante ¿Qué es la red realmente? Dejando de
lado tecnicismos y definiciones complejas, cogiendo el todo podemos decir que
la red somos todos nosotros. SI alguno quiere imaginar la idea clave sin lugar
a dudas sería que las personas, en la red, somos discos duros cargados con
gigas y gigas de memoria.
Pero claro, todos sabemos que
hacer saber a la red que existes, no es fácil. Día a día salen personas que por
algún motivo u otro, sobresalen de manera temporal pero que, nos guste o no,
pasan al olvido tan rápido como han aparecido. Podemos llegar a admirar a
personas que aparecen en la red haciendo algo, sea lo que sea (hay gustos para
todos) pero en la red hay millones de personas haciendo algo, sea lo que sea.
Siempre ha existido la idea de
que gracias a las redes sociales podemos conocer a gente. Seamos sinceros:
estando en una red social nos envía solicitud alguien que no sabemos quién es y
le hacemos un rastreo por la red lo más a fondo que podamos. En este aspecto
sucede algo curioso: en las redes sociales miramos siempre hacia atrás. Cogemos
parte de nuestro pasado no-informático y lo vamos añadiendo a modo de vínculos,
imágenes o cualquier otro contenido multimedia, creando de esa forma nuestro
propio recuerdo. Suele suceder y sucede que en muchas ocasiones reencontrarse
con ese pasado, siempre creado por alguien de nuestro ayer, suele provocar que
esos recuerdos, colgados por la otra persona, hace que nuestro recuerdos
no-informáticos aparezcan.
En la red todos somos historia,
si nos fijamos cada uno de nosotros tiene una “edad” en la red ¿Recordáis
cuando navegasteis por primera vez? Estoy complemente convencido que a todos
nos pareció impresionante todo cuanto veíamos, incluso en nuestros inicios un
simple giff nos parecía algo apoteósico, luego se encontraba la época en la que
éramos unos “broncas”: insultos, ofensas, chistes de mal gusto sobre el físico
de alguien…hasta que maduramos a base de expulsiones o alguien más inteligente
que nosotros nos hacía comprender nuestra inmadurez en la red. Sea como sea,
cada una de nuestras acciones y palabras pertenecen a ese 99.9% de la historia
de la red.
Hay algo que siempre digo, una
especie de slogan barato en la red: todos somos aire. Podríamos decir que es
una frase de esas que aparecen en páginas de quinceañeras que quedan bien pero
a las que, en principio, no les vemos trasfondo. Pero si nos fijamos en la red,
nuestra historia, es frágil, ya nadie se acuerda de aquellas personas de hace
10 años que, aunque fuesen por un instante, hicieron historia en la red.
En la red todos somos efímeros,
sin personas la red al fin y al cabo no existiría. Tener voz o no en ella
debería ser algo secundario. Al fin y al cabo los grandes cambios de la
historia se hicieron con acciones no con palabras.
Y dicho esto…hasta mañana ^_^
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