Hoy en día tener correo
electrónico es como tener el DNI: indispensable. Cada vez son más los
lugares-webs-empresas que solicitan un correo electrónico. Pero la parte
“oscura” de la red nos empuja a tomar una serie de medidas básicas para
proteger nuestras cuentas, hagamos un repaso de ellas:
-Tener siempre contraseñas
alfanuméricas y lo más largas posibles. Corremos el riesgo de que no recordar
dichas contraseñas pero para eso ayudarnos contamos con algo tan simple como un
archivo de texto al cual debemos sumar una copia de seguridad.
-Evitar siempre que sea
posible usar nuestros correos en ordenadores públicos (cibercafés, locutorios,
etc).
-Algo lógico pero que a pesar de todo sigo viendo que se
hace: no dar la contraseña a nadie. Algunas páginas, mayoritariamente aquellas
pertenecientes a juegos on-line, algunos usuarios con la excusa de ofrecer mejoras solicitan
nombre y cuenta de usuario.
-Tener más de una cuenta de
correo. Siempre es útil tener cuentas para determinados asuntos: una para correo
basura, otra para asuntos serios, otra para gente, etc.
-A la hora de elegir la
seguridad recomiendo jugar al “circuito cerrado”. Esta es una forma que
consiste en vincular una cuenta a otra. De esta forma si alguien intenta entrar
en una cuenta deberá acceder a otra con el consiguiente trabajo que ello
conlleva. Imaginarios un círculo, en varios puntos de ellas están vuestras
cuentas, cada una de ellas con su
asociación a otra salvo una la cual deberíamos vincular a nuestro
teléfono móvil.
Pero claro, siempre nos puede
suceder que un día, sea por el motivo que sea, tengamos un susto y ¡ups, no podemos acceder a
nuestras cuentas! La primera idea que os llegará a la mente no será otra que la
que os han crackeado la cuenta (importante diferencia entre crack y hack).
Lo principal es conservar la
calma, si usáis la técnica del circuito cerrado la lógica será la respuesta:
para que os hayan crackeado vuestras cuentas deberían haber pasado por vuestro teléfono móvil lo cual es realmente
difícil, a no ser que os hayan robado el móvil claro.
El siguiente paso es mirar si los servicios
vinculados a la empresa propietaria de vuestro dominio de correo funcionan correctamente, de haber alguna
anomalía en alguno de ellos es más que
probable que el fallo sea del servicio y no de nada “oscuro”. Pero ¿y entonces?
Es hora de forzar la lógica de los sistemas, si no podemos acceder por la
puerta a nuestro correo accederemos por
una ventana.
Dicho de esta forma da la
sensación de que vamos a realizar algo épico dentro de nuestros conocimientos
pero nada que ver. Si vemos que no
podemos entrar vía web a nuestro correo será la hora de usar un gestor de
correo terreno en el cual Thunderbird se come a sus competidores.
De acuerdo: la primera toma de
contacto es durilla, se requiere un cierto tiempo (10-20 minutos) para
tenerlo controlado. Pero gracias a él
podemos saber si algo pasa con nuestras cuentas: o están bien (Thunderbird nos
permite entrar) o bien…adiós cuentas. Si
sois algo reacios a instalar Thunderbird siempre podéis darle un vistazo a su versión
portable, si os convence veréis como
instalándolo en vuestros pc se convertirá
en uno de esos programas indispensables que rara vez abandonareis.
Y antes terminar un pequeño consejo:
otra opción para abrir vuestro correo de Outlook en caso de que la web
principal de este de error no es otra que la de probar con otro navegador. La
prueba la realicé con Maxthon y el resultado fue satisfactorio. Simple matiz.
Y dicho esto…hasta mañana ^_^
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